Sobre “La Guerra del Fin del Mundo” una gran novela histórica de Mario Vargas Llosa.
Percibir a Brasil, esa gran nación latinoamericana que habla el portugués, diferente de la lengua castellana que hablan el resto de países vecinos, genera una barrera lingüística que impide quizá conocer un poco más de él; sin embargo, existen signos que a la vista de muchos nos permiten identificar al gran país brasileño. Conocemos que geográficamente es el país más grande de América del sur, dueño de una gran riqueza vegetal y de inmensas reservas de agua y culturalmente ser centro del carnaval y la samba, y sobre todo por el fútbol del que es gran exponente repito a la vista quizá ligera cuando nos hacemos las preguntas: ¿qué es Brasil?, ¿cuáles son los rasgos resaltantes de este país? Pero aumenta nuestra percepción si leemos la gran novela histórica: “La Guerra del Fin del Mundo” del escritor Mario Vargas Llosa. Novela que se basa en la gran rebelión ocurrida en Canudos, una región del noreste de Brasil de fines del siglo XIX (1,897). ¿Pero en qué consiste esta nueva percepción? Personalmente digo que nunca había percibido a ese país desde el punto de vista religioso y geográfico diferente al amazónico. Percibir al personaje principal de esta obra Antonio, el Consejero, un líder social religioso y ver que a pesar de los muchos años en que ocurrieron los enfrentamientos en Canudos, aún se le percibe como un presente en el sentir de los pobladores donde ocurrieron los hechos permite esto. Allí en los lugares cercanos al nuevo Canudos -porque el antiguo donde se produjeron los enfrentamientos hoy es un gran reservorio hecho quizá adrede para evitar tener al lugar tangible de reivindicación- se aprecian sendas estatuas que inmortalizan la figura de este gran personaje histórico hasta tiempos actuales. Esto hace percibir al Brasil como un país que también tiene una gran religiosidad que contrasta con la liviandad terrenal del carnaval que muchos pensamos así sea. Esta obra presenta a Brasil como esa gran nación donde nace una figura profética que encuentra en la práctica de la fe, y en Dios una fuente de recompensa frente a un destino de desvalorización del ser humano mimetizado en un ambiente de pobreza. La obra está basada en hecho reales, ubicada en el Gran Sertao, una zona dura geográficamente, donde no hay la vegetación típica amazónica sino un bosque seco lleno de plantas espinosas y filudas piedras. Este es el lugar donde se desenvuelve y camina Antonio, el Consejero dando su testimonio religioso que augura el fin del mundo. Aunque Mario en su técnica por mantenerlo alejado lo presenta no tan vivo en sus diálogos, lo deja más omnipresente al ser este personaje el origen de una revuelta que percibió en el advenimiento de la república en el Brasil, el peligro inminente de la llegada de este sistema de gobierno como el signo del anticristo. Lo impresionante es la adherencia que este personaje obtuvo y en la lectura vemos el discurrir de personajes con pasados moralmente no tan aceptables como antiguos jefes de bandas y criminales que lo dejaron todo cuando el Consejero les hizo el llamado para incorporarse a su causa basada en el mundo de la religión. También incorporó personajes que por diversos problemas de discriminación entre ellas el corporal vieron en la opción del Consejero la oportunidad de demostrar que eran valiosos entre ellos cabe destacar el León de Natuba un personaje deforme, caminaba en cuatro patas pero que hizo el magnífico papel de secretario del Consejero al saber leer y escribir. Todos estos personajes dieron lo mejor de sí y revindicaron su valor de vida para demostrar que eran valiosos. Mario da a entender en un comentario que el don de Antonio, el Consejero fue hacerlos sentir así.
Se aprecia en la obra, lo novelesco que puede parecer la vida real y los componentes políticos que muchas veces aprovechan las coyunturas sociales para sacar provecho a sus ideas y hacerse del poder. Aquí es visible la participación de los dos partidos políticos de la época y las estrategias que utilizan cada uno para ir haciendo sentir su poder político. El Consejero por su parte no es un líder político, y sus seguidores muchos menos porque no entienden de las lides de este tipo y menos de las relaciones internacionales de esa época; pero los republicanos creyeron encontrar entre este líder religioso e Inglaterra un nexo para una presencia extranjera que ponía en peligro el nacimiento de la república brasileña. Los análisis actuales consideran que fue un grave error darle un enfoque de este tipo a una rebelión donde las personas que participaron no tuvieron esa preparación para atribuirles ese efecto.
Fueron cuatro enfrentamientos que pusieron a Canudos en oposición con el sistema republicano. Es impresionante como luego de una primera y segunda visualización que percibía al Consejero y sus seguidores como un grupo de pequeños rebeldes fáciles de derrotar, dieron origen a un tercer enfrentamiento donde con toda seguridad se envía al coronel Moreira César apodado el Corta Pescuezos dueño de una gran reputación militar para destruir rebeliones que atenten contra la república. Parte este a Canudos con todo su equipo militar y su logística con la seguridad de acabar con ese foco revolucionario en el menor tiempo posible, no sabiendo que la estrategia de los rebeldes dueños del terreno le va a causar un gran revés a este reconocido militar que pierde la vida en pleno campo de batalla. Esto genera lo que ya puede considerarse una emergencia nacional donde a nivel de la nación se hace un llamado a mayor escala para enfrentar un hecho que ya se considera una verdadera guerra, terminando por aplastar definitivamente el heroísmo de los seguidores del gran Consejero...